Es ésta una hermosa película que trata sobre temas como las inquietudes de la niñez, la relación entre padres e hijos, la aventura de crecer, el proceso de cambio, la vida en el campo, la agricultura (como relación entre el hombre y la naturaleza), el nacimiento silencioso y lento del amor. Taeko, la protagonista, una mujer de 27 años y soltera, viaja al campo, a ayudar a la familia de su cuñada en las labores agrícolas y a descansar un poco de la ajetreada vida en Tokio. Durante el viaje y ya allí, en el campo, Taeko se encuentra recordando la época en que iba a 5º de primaria. Las nuevas sensaciones y experiencias campesinas se mezclan con los recuerdos de su niñez y ambas cosas le ayudan a entenderse mejor y a decidir quién quiere ser y con quién y en dónde. Es una película de ritmo lento y tal vez un poco confusa al principio, no tan mágica como otras del estudio Ghibli pero que se sostiene muy bien gracias a la dulzura de la versión niña de la protagonista, a la belleza de los paisajes y a la perenne y absoluta pertinencia de muchas de las cuestiones que se plantean, que como humanos no podemos obviar. Dirigida por Isao Takahata. Recomendada.
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